miércoles, 24 de junio de 2009

Bendita verdad...

La verdad... que se supone es mejor que la mentira...

A los jóvenes deberían otorgarles el premio de la Academia, cuando actúan y piensan en casa de una manera y son de otra al estar alejados de la familia. ¿Por qué? Se han divido en dos personas que viven en uno solo. Son varios motivos para hacerlo: ya sea por beneficio propio, tienen miedo de expresar lo que realmente son, o... desean evitar daño.

Daño... dolor... sensaciones existentes desde el principio de la humanidad y que hoy en día persisten. ¿Por qué se desea evitar dañar a otros? Tal vez sea la incapacidad de soportar una lágrima o evitar la realidad que golpea día a día a la mente tratando de advertir que vivimos en un mundo de fantasía donde todo es eterno. Eterno referente a que la situación jamás cambiará y lo que consideras correcto y bueno perdurará; a sabiendas que la verdad, por lo más cruel que sea, algún día saldrá de nuestros labios y llegara a aquel que debe saberlo.

La persona siempre miente, es parte de nuestra naturaleza enigmática. Sobrevivencia, beneficio, porque sí... pretextos usados desde siempre y que se escuchan todos los días. Los moralistas se refieren a la mentira como algo malo, un veneno que recorre nuestro cuerpo pudriéndolo poco a poco, algo negro que se introduce para eliminar la existencia de lo bueno para dejar únicamente ese demonio perverso que seduce con sus palabras a todo inocente dispuesto a mentir; y que la única manera de salvarnos es decir la verdad, aunque este origine lágrimas en terceras personas. Cuando decimos una verdad irrefutable, sabes que tienes razón y no te pueden contradecir, es una sensación de gozo al momento de permitir fluir las palabras, puesto que te sientes como un ser divino que controla todo el ambiente, golpeando el corazón de esos oídos que decidieron aceptar la verdad.

En las personas en las cuales mayormente acudimos para dejar de ser actores en el escenario familiar y representar únicamente el papel de nuestras vidas es con los amigos: aquellas personas que nos aceptan como somos sin juzgarnos, contrario a la familia, que te busca algún defecto para culparte de los problemas existentes, ya sea por decir siempre la verdad, ser indiferente o ser un "vil mentiroso" que sólo daña y lastima la integridad familiar; aunque, sabes que a lo mejor los amigos así piensan, pero recurres a ellos como última alternativa para escapar... sentir la brisa en el rostro... dejar fluir las lágrimas sin ser señalado con el dedo acusador..

A veces, es preferible seguir mintiendo. Cuando esas palabras tocan una herida que no ha parado de sangrar, es un balde de agua increíblemente fría; es peor que una bofetada, más bajo que un golpe... es una herida a nuestro ser, palabras hirientes que zumban en el oído una y otra vez, hasta que caes en cuenta que era muy cruel que lo hayan dicho; no obstante, era lo preferible.

Ocultar nuestros deseos más profundos para complacer a otros es mentir; sonreír aunque por dentro te desmoronas es mentir; fingir desinterés e indiferencia ante una situación donde el dolor no te permite disfrutar es mentir... entonces, ¿todo el tiempo mentimos? Desde un punto personal y subjetivo: sí.

"Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga."
Denis Diderot.

Al momento de dictar nuestra verdad, la sensación de libertad empieza a existir en nuestra alma, pues la mentira es una cadena que nos deja presos sin permitir expresar y sentir realmente. Sin embargo, ¿jamás reconocerán cuando mentimos por su bien? La verdad puede ser como flechas que se introducen con crueldad por nuestra piel, y la sangre se derrama sin parar sin que nadie auxilie... y la mentira el escudo que impide esa herida. Tal vez es peor cuando la verdad proviene de quienes tenemos afecto; no obstante, no es impedimento para decirla y recibirla. Pero eso sí, que se aprovechen de ella para hacer sufrir y no para remediar el mal creado por la mentira, es peor que haberla ocultado. Sólo aquellos gozadores del dolor, con su lengua ponzoñosa que expresan su verdad y saben el dolor que causan, no son dignos de decirla. ¿Por qué? Por el simple hecho de que usan, tanto lo bueno y lo malo, para causar mal a los demás.

La verdad es mejor que la mentira, aunque se prefiera actuar en la segunda para evitar la realidad de la primera. Todos somos actores, todos construimos este gran escenario representando nuestro papel ideal; pero no el que deberíamos de hacer... Nos alejamos de la responsabilidad para evitar dañar; tal vez detrás de todo esto, aun perdure un pretexto para mentir: el beneficio propio, juzgado por no tener en cuenta a los demás.

Y tu... ¿Por qué mientes y evitas la bendita verdad?



lunes, 15 de junio de 2009

Amistad...

Hola queridos lectores.
En esta ocasión me limito a expresar en frases el tema de hoy, que es la Amistad, relación misteriosa entre las personas, en la cual pocos tiene la fortuna de sentir y disfrutar.

"Él es mi amigo más querido y el más cruel de mis rivales, mi confidente y el que me traiciona, el que me apoya y el que de mí depende; y lo más espantoso de todo: es mi igual." Gregg Levoy



"Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano." Demetrio de Falero.



"Es difícil decir quién hace el mayor daño: los enemigos con sus peores intenciones o los amigos con las mejores." Edward George Bulwer-Lytton.


lunes, 8 de junio de 2009

Deja caer una lágrima...



"El dolor es una buena señal, puesto que te avisa que aún no estas muerto."


Frase que explica todo. No toda la vida es rosa y no se puede sonreír por siempre; una manera para descubrir nuestra existencia en la realidad es el dolor, un sentimiento que todos temen y que al último todos experimentamos.

Se puede sufrir por varias razones: la muerte de un familiar, la pérdida de una amistad, por el final de nuestra serie favorita, la traición de alguien inesperado, descubrir que lo más anhelado jamás será tuyo, decepciones... Un corazón triste, al final de todo, crea una coraza para impedir el regreso de aquella emoción; mas no lo logrará. Si no se sufre jamás se alcanzará la verdadera felicidad, aunque ésta no existe. ¿Por qué? Simplemente es una utopía, y mucho más aplicarlo a la vida cotidiana, puesto que es una euforia, algo que se acabará y tendrás que buscar por otro lado. Incluso lo que te causa una sonrisa, para otro causa dolor. Si no conoces el verdadero sufrimiento, entonces no eres humano ni experimentarás una alegría verdadera, aunque sea por poco tiempo.

El hombre es un ser complejo, lleno de ideas e ilusiones y compuesto por sensaciones no encontrados en otro ser vivo que use la razón para existir: simplemente, un enigma. El viento puede llevarse las palabras; pero las ideas y esperanzas no se desvanecen, y mucho menos arrastrará el dolor.

Deja rodar una lágrima, prueba infalible de la vida. Sinónimo de sufrimiento o tensión, una gota alivia tu corazón. Jamás lo encierres en un cofre ni tires la llave; deja que acaricie tu mejilla y se pierda en el sendero de tu cuerpo; deja que alguien lo limpie, ese que desea borrar tus tristezas aunque será en vano; deja que tus ojos se humedezcan y tu rostro se torne ligeramente rojo, sabes que el pecho descansará un poco; permite liberar esa emoción, eres humano, no un robot.

Si no sufres, entonces eres un muerto en vida. No disfrutas las pequeñeces de la vida, no aceptas la caricia de la suave brisa en tu cara, los rayos del sol brindando calor, una sonrisa causada por alguna anécdota o el entendimiento de una vida o realidad propia... Ni apreciarás el dulce plato de la libertad si nunca has estado encadenado.

Deja caer una lágrima y disfruta: estás vivo

martes, 2 de junio de 2009

Una Nueva Etapa

Hola! Ya los había dejado ausentes por tanto tiempo. Ya saben, las tareas y la rutina me impedían continuar; pero, las vacaciones me permitirán seguir con este blog.

Muchas veces, el cambio Preparatoria-Universidad no se percata. Cuando te das cuenta de que estás haciendo tarea de la Máxima Casa de Estudios, descubres lo importante que es: te preparas para el futuro.
Nos levantamos, alistamos la ropa, desayunamos, nos lavamos los dientes y partimos hacia un nuevo día escolar. Llegamos al salón y platicamos con los compañeros antes de la clase. Cuando el profesor llega, nos preparamos para adquirir un nuevo conocimiento que podrá servirnos en la vida personal y en un futuro el profesional. Como siempre, y como cualquier adolescente -aunque cueste admitirlo- nos quejámos de la tarea, lo aburrido de la clase y los defectos del maestro: lo típico de un preparatoriano. Pero, si recordamos el lugar donde estamos, inferimos que es importante para nosotros, ya que nos preparamos en lo que más nos gusta, donde queremos estar.
Nos enorgullece la idea de pertenecer a un grupo que pocos alcanzan y otros no logran por diversos motivos; pero estamos ahí, eso es lo importante. Todos los días se aprende algo, ya sea por un maestro o los amigos; y serán experiencias buenas o malas, lo que nos prepararán para el mañana. Como en todo, podremos sufrir humillaciones, desvelos, bajas calificaciones, peleas... sin embargo, está latente el aprendizaje, la risa, apoyo, nuevas amistades, el disfrutar esta etapa.
Al darnos cuenta del lugar donde estamos, hay que aprovecharlo, pues no sabemos lo que ocurrirá no siquiera en una hora. Darnos cuenta que estar en la Universidad será repetitivo, pero se debe saber. Despierta con ganas, algo interesante ocurrirá. Sonará un mal consejo, pero a veces no es malo romper las reglas; de hecho, existen para hacerlo.
Sólo te diré algo más: aprovecha todo. Te aseguro que al graduarte, recordarás todo mientras una sonrisa aparece en tu rostro: lo malo, lo aburrido, tu primera borrachera, el salir con amigos, el abrazo sincero, tus fantasías, aspiraciones y lo mejor te hizo estar en ese peldaño; finalizar la etapa universitaria y convertirse en la experiencia que más extrañarás.
Enorgullécete, eres estudiante.