martes, 7 de febrero de 2012

Carta a una Secretaria que Atendió con Descortesía


Apreciada señorita:


Como le he agradecido atentamente el haberme entregado las llaves para la Sala de Lecturas, le parecerán insólitas las palabras que se expresarán a continuación.


Antes ignoraba su comportamiento. Me dediqué a planear mi solicitud de documentos o alguna otra cosa cuando los requiriera, esperando un trato amable de su parte: un saludo, una sonrisa (los profesores decían que así era y puedo corroborarlo).


Sin embargo, las expectativas fueron derrumbadas. Al ir a su oficina observé su comportamiento. Estaba haciendo malas caras, arrebatando papeles que traían estudiantes y hablando con violencia. Pretendí que era secundario tal cambio. Llego a ser comprensiva. Un comportamiento agresivo suele dar autoridad en base al miedo.


Es importante recalcar que las llaves son de uso general. He visto cómo se los ha otorgado a otras personas con amabilidad y servicio. Dio a entender que la gentileza era su segundo nombre. Los entregaba, a muchos, con una mirada cortés.


Ahora bien: necesitaba el artefacto para una tarea y fui a pedírselas. Véame, ofendida, escribiéndole, en vez de ir a quejarme con la autoridad correspondiente con justificación.
Me aventó las llaves al suelo. Por lógica, pensé que fue un accidente. Pero su risa burlona me dijo lo contrario. No entiendo por qué hizo tal agresión. Permaneció ahí, frente al escritorio, evidencia de su grosería.


Ocultando mi dignidad, me dispuse a levantarlas porque necesitaba trabajar en ese sitio. Ignoro por completo qué se necesita para ser una secretaria. Sólo sé que he tratado con compañeras suyas que son frías, y otras que aprecio: afectivas y tolerantes.

Le pedí unas llaves que abren un salón abierto para toda la comunidad académica. Siempre había entrado con invitación. No era un aula más, se convirtió en un segundo hogar, un refugio para pasar el tiempo y hacer tarea entre amigos y profesores. Las paredes son acogedoras: lisas y pintadas con un color cálido que no posee intenciones de molestar, sino de permanecer ahí. Quise pedírselas, era tiempo de hacer un trabajo final.


Asimismo, debo agregar que no era la única: varios requeríamos de dicho espacio, y fui la delegada para abrir el santuario escolar.


Intenté, esperanzada, pedir las llaves con educación. La esperanza no me reprimió; sino, indicaba creer en los comentarios positivos y omitir los negativos. En vez de dejar las llaves en el suelo, opté por agarrarlas y agradecerle seria y afligida. Lo hice por modales instruidos por mi familia, al igual que usted al contestarme tajante “de nada”.


Tengo que admitir que del análisis practicado a su labor he concluido escenarios desafortunados. Como deducir que usted detesta trabajar en ese puesto. Si me acompañara, con buenas intenciones, a visitar otras secretarias y observara su desempeño ante el alumnado, sabría que estoy en lo correcto. Las cosas no deben maltratarse: pueden romperse y dejar de servir. Le puedo asegurar que usted deja a un lado la ética, porque arroja las cosas con malicia y derrochando superioridad. Piense, trata al personal con cordialidad. Y a los estudiantes…


Mas póngase en nuestros zapatos. Sentirá una voz severa. Las peticiones son otorgadas de forma maquiavélica. Y de improvisto un insulto; parecido a un golpe hacia nuestras emociones. ¿Es normal? Soy humana, señorita secretaria, tengo sentimientos, como usted, si es que no es un robot.


Mas hay que terminar. Estaba diciendo que usted desprecia su trabajo y es verdad. Es lamentable para usted y alarmante para los solicitantes de sus servicios, que expreso no tienen la culpa.


Por cierto: no busco algo más. Soy humilde pero no aprovechada. Las palabras no poseen la intención de que renuncie. Es para sugerir que adore su labor. Estoy relatando mi opinión con la intención de que vea la importancia de su puesto, aquél que solicitó hace años y fue aceptada, ayudando a otros en tiempos pasados… Disculpe, que aún quiere ayudar. Tiene, por lo menos, oportunidad de enmendar sus errores, si aún cree lograr comportarse equitativamente con todos.


Necesitamos personas contentas con su oficio, que amen lo que hacen, que no estén en su lugar sólo por un buen salario, más bien para mejorar la sociedad como todo buen ciudadano. Esa sociedad que ignora al comportarse así.


Me gustaría contarle de mi tiempo en preparatoria, donde la secretaria me auxilió con cuidado en mis requisitos para graduarme. Sin embargo, estas palabras no son para persuadirla con experiencias.


Permítame expresar algo: si usted, en lugar de enfadarse, percibe que surge algo de lo profundo de su alma y arriba en forma de lamentación, para la otra ocasión entregue las cosas en las manos y con afabilidad , hágalo de nuevo y verá cómo las cosas irán cambiando.


Le aseguro que si trata así a todos, mandaré un oficio público indicando su benevolencia, para que los demás se den cuenta de su sencillez y sirva de ejemplo a sus compañeras.


Atentamente, una alumna. 


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Este es el segundo ejercicio de imitación que hago para una clase. La obra es "Carta a un Zapatero que Compuso Mal unos Zapatos, de Juan José Arreola, si dan click aquí, encontrarán el cuento original.


Reitero, es un ejercicio XD pero me ha gustado el resultado.


Gracias por leer!

viernes, 3 de febrero de 2012

Mi Primeras Clases... y Algo Más


Una de las mejores experiencias que puede tener una persona y con ello nutrir sus conocimientos, comprender la vida y, sobre todo, que agrande su visión, es visitar lugares con una cultura distinta a la que está habituada. Estos choques de mentalidad serán favorecedores o desagradables, dependiendo de la disposición de uno y cómo trata a los demás. No se puede llegar de buenas a primeras con una actitud que moleste, de ahí que se adapte y, lo más importante, aprender y sorprenderse ante las sorpresas que cada esquina nos tiene preparados.Es algo que vemos todos los días: una lucha del campo simbólico que aprehende aquél con el cual interacciona. 

Una visión tijuanense en un mundo que les completamente desconocido, en donde se enfrenta a cuestiones académicas e ideológicas de las que sólo había escuchado tanto mediática como oralmente. Sucesos que, sin lugar a dudas, cambiarán su pensamiento.


Día Uno 
30 de Enero
"Clases Primerizas"

El nervio invadía cada uno de sus suspiros horas antes de prepararse e ir a la clases por primera vez en una Universidad reconocida en Latinoamérica. Esa noche hacía frío y, conversando con sus compañeras de cuarto, se dio cuenta que todas compartían esa mezcla de miedo y emoción palpable. Los demás miembros de la casa les habían deseado suerte y, en pocos minutos, el sueño superó la inquietud luego de despedirse y apagar las luces, envolviéndolas con el manto nocturno defeño. 

El ruido de madrugada que hacían las otras la despertó, puesto que entraba más tarde que ellas. Los  suspiros, las risas ahogadas, los pasos sobre la alfombra y los primeros rayos del sol impidieron su regreso al mundo onírico, por lo que optó por levantarse más temprano de lo que debía y alistarse. Al cabo de una hora, caminó hacia el transporte y se subió en él, esperando que todo resultara bien. Se perdió en su mente, imaginando cómo le iría, las posibles reacciones ante alguna situación y las aventuras próximas que disfrutarían. Apenas llegó y lo primero que le hizo abrir la boca de asombro fue ver la cantidad enorme de estudiantes que deambulaban por la Facultad, nada equiparable con la de su ciudad. Casi no se podía caminar y el tránsito la sofocaba un poco, porque no le agrada estar rodeada de bastantes personas. Buscó a sus amigas en el salón y al localizarlas, se sentó en su pupitre nuevo, aguardando la entrada de su profesora. 

La primera clase empezó. Una mujer mayor, de voz imponente, cabello corto en peinado de hongo, lentes de botella y con una personalidad arrolladora hizo acto de presencia, su auxiliar preparó todo antes de que arribara (dos personas imparten, increíble). El aula estuvo completamente lleno, incluso había algunos de pie, lo que llamó la atención de la catedrática. Hubo risas, carrillas y el ambiente era agradable y divertido; "amenazó" con el plan de estudios, pero eso sólo fue un motivante para que la joven quisiera permanecer: escribir, leer, redactar, imitar, mejorar su estilo, comprender la lengua española y saber qué es cada uno, es lo que verá en las horas venideras. Al final, les dio una cálida bienvenida a las chicas, haciéndoles cumplir que volverían.

Después de una breve charla con la profesora, se dirigieron a comprar un libro que necesitaban para la materia y planear la búsqueda de un texto con casi 70 años de antigüedad para dicha asignatura. Debían permanecer 4 horas más para el siguiente estudio, así que caminaron por las instalaciones, comieron (para su desgracia, le dieron un panepi con queso, a pesar de que le dijeron que no le ponían; jamás volverá a comerlo) y descansaron sobre el cálido pasto. Miraron las nubes para darles forma, y la somnolencia casi provoca que los párpados permanecieran cerrados. Sin embargo, sus ganas de asistir fueron mayores.

Llegada la hora, entraron a las instalaciones de televisión y, media hora después, una joven de cabello corto, piel blanca, tímida y con una voz dulce, caminó hacia el escritorio y se presentó como la profesora. Advirtió que en ocasiones vendría a este tiempo por su trabajo, mas tal eventualidad no impidió que ciertos alumnos susurraran que ella era excelente y que valía la pena. Las chicas dijeron sus nombres y de dónde venían como estudiantes de intercambio, por lo que fueron llamadas las Tijuanas (un poco despectivo, pero al menos así nos reconocen). Apreciación de la estética, comprender los componentes audiovisuales de una obra, ser capaces de recrear alguna, "leer" una pieza y "ver más allá", serán algunas actividades que harán a lo largo de la materia. 

La noche aparecía con el viento helado y las nubes grises. El trío abordó el transporte para dirigirse a su casa, la jornada del día había terminado. Las expectativas fueron cumplidas, anhelaban seguir en el recorrido.

La entrada a la Facultad Ouo

No se ven muchas personas, pero casi ni podías caminar

Todos los puestos son de comida. Los tacos de canasta saben rico XD

En este edificio está la librería y donde me dieron esa cosa con queso  -.-

Es muy tranquilo caminar por aquí...

... ya que el pasillo generalmente está vacío, aún con todos los estudiantes.

Aquí en lunes nos perdimos xD Dimos por  lugares que ni caminando se podía accesar. Tuvimos que brincar

Este es el edificio G, en el cual debemos venir cuando tratamos asuntos de Intercambio

Aquí se juntan para esperar la siguiente hora. Los asientos me lastiman u.u (los que saben la enfermedad que tengo me comprenden)

Ya había menos personas. Pero para mi eran bastantes xD

Por ahí subimos para ir a las clases, detrás de los árboles está nuestro edificio. A veces se congestiona demasiado x_x



Día Dos
31 de Enero
"Doble Situación"

Para este día solo dos de ellas tenían clase, porque una solo debe asistir dos veces a la semana (Cristina, te maldigo XD). A pesar de tener más tiempo de uso de los espacios para prepararse, se les hizo tarde. Todo el trayecto en el que no necesitaban de un  transporte, fue como una especie de maratón que les dejó el resultado de un poco de fatiga y re-descubrir que no tienen condición física. El tráfico estudiantil era exagerada, no se podía subir las escaleras y los empujones estaban a la orden. Al parecer no eran las únicas en atrasarse.

El salón aún no estaba lleno, por lo que encontraron fácilmente un lugar. Una chica que estaba atrás les preguntó si eran de Intercambio (¿a poco somo tan obvias?) y supieron que habían otros chicos en su misma situación: Aguascalientes, Baja California, Sonora y Sinaloa  llenaron la mitad del sit:io. Es el primero grupo al que asisten donde no son las únicas "extranjeras", por tanto, no se sintieron tan extravagantes. Poco tiempo después, el espacio de redujo por la cantidad de alumnos que invadía el pequeño recinto, las conversaciones alzaron la voz y de pronto callaron.

Dos maestras mayores, con una elegancia y porte que captaron las miradas entraron. Una de ellas es morena, de cabello ondulado negro y de baja estatura; la otra era completamente opuesta... alta, de tez blanca, ojos de color y pelirroja. Fue un equilibrio interesante de ver y más en una materia de la corriente de Psicología. Ambas darán clases y, mientras hablaban de la dinámica escolar, la maestra de cabello negro no dejaba de ver a la joven cada vez que daba ejemplos de problemas sociales: la anorexia, la bulimia, los desamores que causaban suicidio, las enfermas mentales... (me sentí muy incómoda - -) y al final, dejaron una tarea que al principio no les parecía complicada. Psicoanálisis, la base de la materia; una visión controversial que sigue dando de qué hablar.

Fue la única asignatura que debían llevar, así que regresaron a casa temprano. Mientras llegaban, la lluvia las quiso acompañar. Un momento relajante y del cual disfrutaron, perfecto para terminar su día escolar. 

 No tengo fotos de este día u,u


Día Tres
1 de Febrero
"Búsquedas Satisfactorias"


Los miércoles no tienen clases (Yeah!) y quisieron aprovechar el hueco para realizar ciertos pendientes que tenían: comprar pases, buscar un libro antiguo para una clase, visitar la exposición de Hiperrealismo de Ron Mueck y conseguir un lente para la cámara de una chica que se les unió en la travesía. Pensaban salir a las 10 am, pero la flojera les obligó salir hasta la 1 pm. Antes de partir, otra compañera quiso juntarse, por lo que eran cinco jóvenes andando por las calles del Centro Histórico de la ciudad.

Llegaron a Bellas Artes y, como primera parada, era visitar el Bazar de Computación y del Videojuego, comúnmente conocido como la "Friki Plaza" a comprar boletos para la convención TNT-GT e ir el sábado. El sitio, 4 pisos para el paraíso de los amantes del videojuego y anime, es un laberinto con pasillos pequeños que rodean con artículos que van desde series viejas de la infancia hasta las más recientes. Luego de preguntar en varios locales, por fin los adquirieron. Por esta parte, ya estaban listos para asistir.

Una de ellas tuvo que irse al trabajo, así que las cuatro restantes emprendieron la misión de ubicar ese libro que, en palabras de la profesora, era casi imposible de conseguir. Recorrieron toda la calle Donceles preguntando en cada librería de viejo si poseían el libro. Después de bastante tiempo, hallaron dos y de inmediato los compraron. Al menos, por ese lado, cumplieron el objetivo. La siguiente encomienda era el lente de la cámara, pero no estuvo tan complicado como lo anterior.

Luego, decidieron visitar la exposición de Hiperrealismo y llegaron antes de que cerraran. Cada una de las piezas presentadas posee sorpresa y éxtasis, haciendo cuestionar el poder del hombre sobre las cosas y a la vez, su propia insignificancia. No hubo tantas creaciones como hubiesen querido, pero cumplió con el objetivo de impresionarlas.

Por último, recorrieron el Zócalo de noche. Un espectáculo de luces y un mundo totalmente diferente al que conocieron de día. Con esto finalizaron, despidiéndose de este pasaje común para algunos, pero maravilloso para otros.

En este lugar fui a sacar dinero para comprarme un libro. Parecía niña emocionada xD

Al buscar libros, pasamos por el famoso Teatro Fru Frú

La antigua Cámara de Diputados. Me gusta su diseño

Foto: Cristina Espino
Para este entonces, ya mi cámara no tomaba bien fotos, así que las de aquí en adelante les pertenecen a una amiga :3
Esto es la primera pieza de la expo de Hiperrealismo

Foto: Cristina Espino
Algunas piezas parecían muy reales

Foto: Cristina Espino

Foto: Cristina Espino

Foto: Cristina Espino

Foto: Cristina Espino
Una de las chicas pensaba que era un cerdito xD

Foto: Cristina Espino
El tamaño. Impresionante
Foto: Cristina Espino   
Foto: Cristina Espino

Foto: Cristina Espino
Al buscar un lugar donde comer, paramos en esta Iglesia, llamada  Señora del Pilar.
Adoro ver el estilo de construcción, muy hermoso

Foto: Cristina Espino
La Catedral de noche :3

Foto: Cristina Espino
El Palacio de Gobierno n.n

Foto: Cristina Espino
El paisaje nocturno era muy enigmático n.n

Foto: Cristina Espino
Querían tomar una foto del metro andando.
Una de ellas tres soy yo, adivinen xD

Foto: Cristina Espino
El metro llegando, listas para irnos.
Lo pro, es que el chofer quiso tomarse fotos con la fotógrafa :3 

Muchas gracias por leer :D
Espero comentarios de estas vivencias!!!